viernes, 20 de marzo de 2015

Tomo 71

Dos Ninjas casi al final de su historia, veian con temor lo que seria su desenlace...

  • Naruto: No me gusta como se ve ese final teme y ni siquiera me refiero a Madara.
  • Sasuke: Tu de que te quejas, te ira mejor que a mi.
  • Naruto: Pero si yo nunca di señales que ella me gustara-ttebayo.
  • Sasuke: Yo hasta la intente matar dobe, dos veces.
  • Ambos: suspiros

jueves, 19 de marzo de 2015

SongFic: Far Away / SasuNaru



Nota: El fic esta basado en la cancion de Nickelback Far Away asi que si gustas escucha la cancion mientras lees el fic para darle un toque especial :)

//*//*//*//



En este tiempo, en este lugar
Malos entendidos, errores…

La nieve caía suavemente sobre los techos de Konoha. Todos los habitantes dormían apacibles en sus cálidos hogares. La aldea había recobrado su paz y tranquilidad luego de meses de incontables muertes y peleas sin razón. A los aldeanos les había costado asimilar la idea del regreso de "esa" persona, pero Naruto se había encargado de convencer a las personas de que él había cambiado, y que como todo ser humano merecía una segunda oportunidad, pidiéndoles como un favor personal que lo aceptaran de nuevo en la aldea. A decir verdad el rubio había salvado la aldea de su destrucción total, estaban en deuda con él.

Se despertó a mitad de la noche sintiendo como el aire le faltaba, como si alguien se lo quitara. Abrió los ojos todavía con ese temor recorriéndole la piel, encontrándose con una inmensa oscuridad. Su visión era todavía borrosa, vio a su alrededor para asegurarse que aun seguía en su cuarto, su respiración era agitada, su piel estaba fría, pero el sabia que aquello no tenía nada que ver con el clima. Al parecer todavía sus viejos demonios lo acechaban. Veía fijamente aquel techo, tratando de calmarse, tratando de hacer que su cuerpo dejara de temblar.

Su frente estaba empapada de pequeñas gotas de sudor. Intento levantarse. Sintió como algo cálido rodeaba su pecho, levanto su brazo y toco una piel, esa piel que ahora conocía muy bien, esa piel tan blanca y suave que lo había enloquecido y embriagado ya tantas veces atrás, tomo el brazo y deposito un tierno beso en la palma de aquella mano para luego dejarla a un lado suyo con el mayor de los cuidados.

Lentamente se sentó en la cama, seco son el dorso de su mano los rastros fríos de sudor de su frente. Comenzó a ver aquellos objetos que desde hace dos meses eran familiares a su alrededor. Aquel pequeño cuarto les había servido de refugio desde que el había regresado a la aldea. Su casa estaba deteriorada y le traía malos recuerdos y bueno Naruto inmediatamente le había ofrecido que se quedara con él.

Veía aquella mesita de noche, el ropero, su mochila sobre el suelo, aquel símbolo en blanco y rojo que eran su orgullo en su camisa blanca junto a una chaqueta naranja tiradas junto a la puerta.  Su mirada se enfoco en un punto, era algo que lo regreso a la realidad e hizo que se sintiera en casa y el frio de su cuerpo se apaciguara. Vio sobre uno de los muebles, una foto. Esa foto que le traía tan buenos recuerdos de dos niños que se odiaban y que lo mostraban en aquella imagen. Una sonrisa se grabo en su rostro al recordar esa ocasión.

Muy largo, muy tarde
¿Quién era yo para hacerte esperar?...

La navidad se acercaba, pero el ya había recibido el mejor regalo de todos. Un regalo que no cambiaría por nada. Sus ojos siguieron recorriendo aquel cuarto, viendo como su ropa había quedado regada por aquel frío suelo, el recuerdo hizo que se sonrojara un poco al recordar cómo había llegado hasta ahí. Se encontraba sin camisa, pero el frio que momentos atrás lo había atormentado, ya lo había abandonado. Paso su mano sobre su negro cabello para acomodarlo un poco y no le llegara a los ojos, pero este siendo rebelde regreso a su lugar, dando un pequeño suspiro no le dio importancia.
Sin hacer mucho movimientos salió de la cama, no quería despertarlo. Camino sigilosamente por aquel frio suelo de madera. Tomo los primeros pantalones que encontró y se los puso. 

Afortunadamente eran suyos porque le quedaban del largo exacto, los acomodos justos bajo su ombligo, quería sentirse cómodo así que no se puso ninguna camisa. Estiro un poco sus brazos, haciendo que sus músculos se tensaran para luego relajarse nuevamente. Revolvió su cabello negro y se dirigió a la mesita junto a la ventana por un poco de agua. Mientras vertía aquel traslucido líquido veía como las calles de Konoha lentamente se llenaban de blanca nieve. Tomo el vaso y se acomodo en el marco de aquella pequeña ventana.

El pequeño cuarto de Naruto estaba en una segunda planta, así que desde esa posición tenía una hermosa vista de la aldea. Vio algo que le llamo la atención. Unas sombras se movían por las calles, se ocultaban tras el tronco de un frondoso árbol. Eran dos chicos de unos 10 años que al parecer se había escabullido de sus casas para encontrarse a solas. Sasuke veía con curiosidad a aquella pareja que se necesitaban tanto el uno al otro -Si tan solo yo hubiera sido de esa manera- jamás terminaría de arrepentirse por sus errores y el que más le dolía de todos era el haber lastimado tanto a Naruto.
Le dolía el pecho solo de recordar aquellos momentos donde lo había lastimado. Recostó su cabeza sobre el amplio marco de madera. Giro su rostro y vio a su ángel dormido. Ese ángel que lo había rescatado del mismo infierno. Se preguntaba si se merecía tenerlo junto a él. Se preguntaba si su infeliz vida valía tanto la pena. Veía detenidamente aquel cabello rubio cubierto por la oscuridad de la noche.

Solo una oportunidad
Solo un aliento
Solo en caso de que quede solo uno…

-¿Por qué desperdicie tanto nuestro tiempo juntos?- estrujo el pequeño baso de vidrio entre sus manos

Porque tú sabes
Tú sabes, tú sabes…

Naruto le había dicho que dejara todo atrás y comenzaran una nueva vida juntos y así recuperar el tiempo que se les había ido de las manos. Pero él no se lo podía perdonar, cada noche las pesadillas lo atormentaban. Todas las decisiones que había tomado le habían traído graves consecuencias todas menos las de hacer lazos con su pequeño zorro. Ahora que lo tenía con él, era como si el oxigeno por fin llegara a sus pulmones.

Su mirada azabache no se separaba de aquella hermosa visión de su bello durmiente. Durante ese poco tiempo juntos se fue acostumbrando a nuevas sensaciones, felicidad, ternura, deseo, pasión, habían tantas cosas que el rubio le provocaban, como lo hacían ahora. Su cuerpo había comenzado a asimilar esa presión que ejercía su corazón cada vez que veía a su pequeño zorro. El sonido ensordecedor del palpitar de aquel corazón que pensaba estaba sin vida para amar nuevamente. Lo veía dormido e indefenso dejando mostrar sutilmente su espalda y una de sus piernas.
Se preguntaba como había podido vivir tanto sin poder tocar aquella piel, sin besar aquellos labios y sin escuchar aquella vos tan sensual cuando pronunciaba su nombre.

Cerró los ojos y recordó todos los momentos en que ese pequeño cuerpo se había contorsionado de placer bajo sus brazos. Las veces en que aquellas manos se habían extendido frente a él para ayudarlo a levantarse cuando habia estado derrotado. Recordó el cálido rose de sus labios al momento de besarse.

Se preguntaba como había podido vivir tanto tiempo sin poder amar a Naruto...

Que te amo
Te he amado por todo este tiempo
Te extraño
He estado muy lejos por mucho tiempo
Sigo soñando que estarás con migo
Y que nunca te iras
Dejare de respirar si
Ya no logro verte nunca más.

Abrió sus ojos, el deseo nacía nuevamente, solo habían pasado unos cuantos minutos y ya tenía la necesidad de él. Lo tenía tan cerca, pero sentía en su piel que si no lo tocaba pronto este sueño se acabaría y regresaría a su pesadilla eterna. Dejo el vaso sobre aquel marco de madera y comenzó a caminar hacia aquella bella imagen.

Se sentó suavemente sobre la cama. Su pulso comenzaba a acelerarse y los nervios comenzaban a surgir. Siempre tenía cierto temor de arruinar "esto" que le estaba pasando, así como había arruinado todo lo demás en su vida. Alzo su mano para tocarlo. Se sentía ridículo en aquella situación, su mano estaba temblando. Con esa mano había hecho infinidad de atrocidades sin ni siquiera bacilar y ahora... temblaba. Pero es que no quería perderlo, eso sería como morir en vida para él. Estaría dispuesto a soportar mil infiernos antes de perderlo nuevamente. Era demasiado preciado, demasiado valioso…

Sobre mis  rodillas, ahora pido
Una última oportunidad para un último baile

Sus ojos estaban cerrados, habia girado y ahora era su pecho el descubierto. Su cabello le caía desordenado sobre el rostro. Le acomodo algunos cuantos, rozando suavemente aquella rosada mejía. Una de sus manos estaba sobre su pecho, la tomo entre las suyas. La levanto suavemente y dejo otro suave beso sobre ella, cerró sus ojos y atrayendola hacia su frente, decía en un susurro…
–No sabes cuánto te agradezco que jamás me olvidaras. Eres el ángel que me salvo del infierno en el que estaba. No sabes cuánto te amo. Daría lo que fuera por hacerte olvidar todos los malos momentos que te hice pasar. Sé que es mi última oportunidad, te prometo que jamás me alejare de ti nuevamente, solo espero que tu nunca te vayas de mi lado…- su voz comenzaba a sonar entrecortada

Porque contigo, soportaría
Todo un infierno para sostener tu mano…

-Crees que me iría de tu lado ahora que por fin te tengo junto a mí…. Sasuke-

Lo daría todo
Lo daría por nosotros
Daría todo pero no me daría por vencido…

Sintió como una suave mano se posaba en su rostro. Le transmitía tanta calidez. Ladeo su rostro para acercarse más a aquella sensación. Solo con escuchar aquella vos todos sus temores disminuían. Abrió los ojos para encontrarse con aquellos brillantes zafiros que lo veían fijamente. Se ruborizo un poco, todavía no se acostumbraba a aquel sentimiento. Sus labios se abrieron, iba a decirle algo a su rubio pero un dedo cubrió sus labios…

Tan lejos
Has estado tan lejos por mucho tiempo…

Cuantas veces debo decirte que dejes de atormentarte con todo esto. Estas junto a mí ahora y es todo lo que nos debe de importar. Hemos pasado todas nuestras pruebas y al final nuestro amor fue el vencedor.

Quiero que te quedes
Porque te necesito
Quiero escucharte decir
Que me amas
Que me has amado por desde hace mucho…

Se sentó y acerco al rostro del pelinegro.  Lo tomo entre sus manos y acerco su frente a la de él.  Sus respiraciones se mezclaban entre los susurros de Naruto…

-Sabes que pasaría una y otra vez por todo nuestro dolor solo para poder vivir "esto" que estamos sintiendo en estos momentos. Eres lo más importante en mi vida, siempre lo has sido. Por ti me he hecho más fuerte solo para poder alcanzarte y traerte de regreso a mi lado. Te amo tanto. Por favor no me dejes solo nuevamente, que esa sería mi verdadera muerte. Yo nunca te dejare. Cuando sientas que caes yo te levantare, yo seré esa luz que necesitas para salir de la oscuridad, si solo me das una oportunidad- acerco sus labios para besarlo dulcemente mientras una lagrima rodaba por su mejía encontrándose con la otra que se había deslizado hace mucho por la del azabache

Te perdono
Por estar ausente por tanto tiempo
Así que no dejes de respirar
Créelo…

El azabache lo estrecho entre sus brazos y susurro al oído –Eres lo más bello que he tenido en mi vida- lo recostó nuevamente sobre la cama y beso nuevamente. Las manos del rubio subían y bajaban por la firme espalda del ojinegro, haciendo que este profundizara con pasión aquel beso.

Sostente a mí, nunca me sueltes
Mantente respirando
Porque yo nunca te dejare nuevamente
Créelo…

La nieve seguía cayendo en las calles de Konoha, mientras que dos jóvenes amantes consumaban su amor. Entrelazaron sus manos mientras Naruto mantenía un movimiento constante sobre las caderas de Sasuke. Las paredes de aquel pequeño cuarto eran inundados con sonidos llenos de deseo y pasión. Los movimientos eran suaves y constantes en un vaivén lleno de sensualidad que hacía que Sasuke se volviera loco.

Lo tumbo para quedar sobre el rubio, levanto una de sus piernas y la coloco sobre su hombro mientras comenzaba a embestirlo rápidamente y con fuerza. En aquellos momentos era cuando sentía que todo aquello era real. Que la persona que gemía bajo el era a única en su vida y que era tan real como él.

Sostente a mí, nunca me sueltes
Mantente respirando

Naruto se aferraba a las blancas sabanas de la cama mientras Sasuke lo penetraba, había disminuido la velocidad ya que sabía que a Naruto eso lo enloquecía –Mas… rapi..do- alcanzo a balbucear. Pero Sasuke quería que lo deseara mas, se acerco a él y arremetió con un beso agresivo y lleno de pasión. Naruto se aferro a su cuello y lo mordió en señal de protesta y le dijo al oído –Te amo, Sasuke- eso era todo lo que necesitaba. Le encantaba escuchar su nombre en ese tono de sensualidad.

Bajo la pierna del rubio y tomo cada una con sus manos para complacer su petición, dándole embestidas rápidas y fuertes, sintiendo como recorrían por su cuerpo pequeñas descargas eléctricas llenas de placer. Bajo sus piernas y lo tomo por la cintura para levantarlo y dejarlo sobre su regazo y así podría tener al rubio frente a él. Rápidamente Naruto pasó sus brazos sobre sus hombros y atrapo sus labios en un beso. Sus respiraciones eran aceleradas, sus corazones latían al unísono, era como si se fusionaran para ser una sola persona. Sasuke aprovecho la cercanía del rubio y se acerco a su oído –Yo también te amo, Naruto.

Sostente a mí, nunca me sueltes
Mantente respirando

Muchas eran las cosas que les esperaban. Muchas habían sido las cosas que los había separado. Pero ahora había solo una que los unía, que les daba fuerza y que alimentaban día con día. Eso que le había dado la perseverancia a Naruto para seguir tras Sasuke. Eso que había logrado que la oscuridad del corazón de Sasuke se desvaneciera. Eso que podía hacer que una persona viajara al paraíso o al mismo infierno. Pero es por ese sentimiento que muchos pelean, mueren o sueñan. Es el sentimiento que muchos buscan pero nunca encuentran. 

Ese es el sentimiento del ........... AMOR.           

viernes, 13 de marzo de 2015

FanFic - Mi Tormenta Favorita / SasuNaru



12:01 am – 0 mensajes nuevos

Veía con nostalgia la pantalla de mi celular, nuevamente este día había llegado y había pasado solo un minuto de las 24 horas que me faltaban, solo un minuto de mi grandioso cumpleaños, un año más –suspiro- no sabía ni porque esperaba con tantas ilusiones este día, era como si esperara que algo fuera a cambiar y todo para que en este justo momento me sienta solo y deprimido.

Me encontraba recostado sobre mi estómago, con el mentón sobre la almohada viendo fijamente aquella brillante pantalla, esperando -¿Esperando el que?- ni siquiera yo sabía. Me sentía patético, toda mi vida he sido un chico independiente, jamás me ha gustado ser carga de nadie y me conformo con lo poco que tengo, me gusta mi soledad -¿Si?- pero ahora estaba frente a la luz de la brillante pantalla de mi celular esperando ese primer mensaje de X persona que se hubiera acordado que este día supuestamente especial, de este día hace 22 años donde mi vida comenzó –Que ridículo.

-¡No necesito de nadie-ttebayo!- trate de creerlo, era casi mi mantra para no sentirme vulnerable. La verdad era que no tenía ese impacto en las personas, era como si me conocieran pero luego que salgo de su vista me olvidaran. Al pasar la mayoría de tu vida sin padres, aprendes a ser duro contigo mismo y a no deprimirte por estas cursilerías, pero es en este triste día cuando mis defensas bajan a niveles alarmantes y todo parece afectarme.

Me volví sobre mi espalda, vi el techo de mi cuarto, extendí mis brazos –Solo será un día- me repetía constantemente, solo un día y todo habría acabado. Mi vida seguiría su rumbo -Solitario- y mi escudo de hierro volvería a levantarse.

6:59 am – 0 mensajes nuevos

-Bien, hora de trabajar- vi por última vez la pantalla de mi celular, no marcaba nada asombroso o nuevo.

Tome la mochila de siempre, incluso la tengo preparada con lo necesario sin sacar nada para solo tomarla por las mañanas, me puse mis zapatos favoritos y una corbata que me había comprado unos días atrás, me vi en el espejo –El mismo de siempre- ya que más daba. Tome mis llaves y salí a un nuevo día laboral. Mi jefe había tomado un trabajo para la maquetación de una revista de modas y me la había asignado sin importarle que ya estuviera haciendo unos afiches y promocionales –Suspiro- me encantaba diseñar pero algunas veces solo quería tomarme un descanso.

Pase como siempre por la barbería de la esquina donde siempre estaba el Sr. Jiraiya con su esponjoso cabello blanco. Le encantaba ver a todas las chicas pasar, era todo un mujeriego pero a mi me gustaba mucho su compañía.

-Hola Sr. Jiraiya- le dije levantando la mano y dándole una de las pocas sonrisas honestas y naturales que puedo dar.

-Naruto, que bueno que te veo- dijo haciéndome una señal con la mano –Ven, quiero que me hagas un favor- vi mi reloj, tenía 15 minutos de ventaja así que no le di mucha importancia y fui a su llamado, de todas formas era raro que el viejo me pidiera favores así que supuse tenía que ser algo muy importante. 

Ya estando dentro de su barbería vi como buscaba algo dentro de un viejo baúl –Toma- extendió su mano y me dio una pequeña caja –Sabes- comenzó, sonando un poco cansado –Tengo un sobrino al que casi no veo, es casi de tu edad, sus padres al igual que los tuyos lo dejaron a muy temprana edad y eso lo ha hecho muy frio y distante de todos los otros miembros de la familia- escuchaba con atención sus palabras sintiéndome un poco identificado, comprendía su soledad, el viejo continuo –Quiero que le des esta cajita por mí, sé que si yo se la llevara él no la aceptaría. Solo tienes que prometerme que se la darás en sus manos, es muy importante para mí- aquello ya era demasiado complicado y tenía muchas cosas que hacer en el trabajo así que decidí salirme de la forma fácil y rápida.

-Sr. Jiraiya, vera que yo…

-Hazle este favor a un viejo solitario como yo chico

Diablos –Mmmm Ok- dije resignado, vi mi reloj y me quedaban 10 minutos y pensé que no sería tan difícil solo llegar donde este tipo y dejarle la caja –Donde lo encuentro- dije tomándola  y guardándola en mi mochila.

-Trabaja en el supermercado que esta a dos cuadras de acá, no esta lejos deberías de llegar en menos de 10 minutos caminando.

-Espero que en menos tiempo- dije tratando de ser amable, el solo me sonrió y despidió con la mano.

-Gracias y Suerte chico- las palabras quedaban a mis espaldas mientras caminaba rápidamente a aquel lugar.

Podría ser un pervertido viejo mirón, pero el Sr. Jiraiya había sido de las pocas personas que habían sido amables conmigo, siempre me ofrecía comida y me daba consejos, era lo más cercano a una figura paterna que podía tener. Mis padres habían muerto de forma repentina cuando apenas era un niño de 3 años. Sin lugar donde ir fue mi tío Iruka quien tomo responsabilidad por mí, pero aprendí desde muy pequeño a valerme por mi solo y no ser carga de nadie así que en cuanto pude, me independice y … –Demonios, jamás pienso en este tipo de cosas. ¡Todo es culpa de este día!- quería terminar con todo para poder ir al trabajo, pensar en otra cosa, seguir con la rutina.

Al llegar al supermercado con el asombroso tiempo de 5 minutos de sobra, reflexione en algo que hizo mi sangre hervir –No le pregunte el nombre de su sobrino- era simplemente genial. Siempre me salían las cosas mal, pero siendo un cumpleaños uno espera que sea la excepción. Tome mi mochila y una idea brillo con luz propia –Probablemente la caja tenga su nombre- abrí rápidamente el zipper y la saque. Era una caja pequeña cuadrada de madera, no tenia mayor diseño o atractivo, era simple y no muy pesada, incluso dude de que hubiera algo dentro. Por la parte de arriba no tenia nada, mis ojos se iluminaron cuando al girarla tenia lo que parecía ser un apellido.

Uchiha

Bueno, eso era peor que nada, vi mi reloj nuevamente al parecer llegaría unos minutos tarde pero podría compensarlos a la salida, al parecer ni en este día me escaparía de salir tarde. Con cajita en mano llegue al supermercado, había caminado o mejor dicho casi corrido, tenia sed así que antes que nada quería algo de beber. Me acerque al área de bebidas frías y justamente vi mi marca favorita en sabor fresa –Perfecto- alce mi mano y quise tomar la botella, pero nada. Al ser tan temprano por la mañana el producto estaba recién colocado en las góndolas así que las botellas estaban apretadas entre si y no podía inclinarla para sacarla de lado, intente muchas formas pero nada, comenzaba a frustrarme.

De la nada una mano de piel blanquecina y dedos largos paso a un lado de mi rostro justo a la botella de sabor fresa que estaba tratando de sacar. Como primera reacción fue ver a mi lado y vi que era un dependiente del supermercado. Su cabello era negro y rebelde, por un par de segundos sus negras pupilas se fijaron en las mías haciéndome girar rápidamente avergonzado, me sentía como damisela en problemas con su príncipe al rescate. El chico tomo una de las botellas de los lados y la saco para así poder inclinar la que yo quería, la saco y puso frente a mi –Soy un idiota- así como llego se fue dejándome con el gracias en la boca.

No sabia porque aquello me había dejado tan inquieto, quizá porque rara vez dejo que alguien me ayude o mejor dicho rara vez alguien me presta la suficiente atención como para querer ayudarme. Me sentía como una quinceañera, era tonto, lo se. Fui a pagar la bebida y así aprovechar y preguntar por el tal Uchiha al menos esperaba que con ese dato alguien pudiera identificarlo.

-¿Ticket esta bien?- pregunto la cajera amable y con una sonrisa

-Si, gracias…- Ok, aquí voy –Disculpe, de casualidad ¿Acá trabaja alguien de apellido Uchiha?- dije mientras le daba un billete de $5.00.

-¿Uchiha? Claro que si- al fin un poco de suerte.

-Perfecto, necesito darle algo, ¿Donde puedo encontrarlo-ttebayo?- al parecer muy pronto terminaría con est…

¡FELICIDADES! ¡Usted es el cliente numero 5,000!

De pronto me vi rodeado por diferentes personas a las cuales jamás había visto felicitándome mientras una molesta campana no dejaba de sonar. Era increíble lo agridulce del momento ya que era muy raro que yo ganara algo, de hecho era primera vez que ganaba algo en lo cual no participaba por iniciativa propia, lo malo era que el premio era el pago de mi compra y justamente en ese momento solo había comprado un jugo de $0.50 ctvs –Genial- agradecí a todos, ellos no tenían la culpa de mi ¿mala? Suerte.

Vi mi reloj, me imaginaba a mi jefe gritándome hasta quedar rojo, pero si solo me tardaba media hora podría decir que me enferme o que había algún accidente que me retraso –Si, eso tendría que ser.

La cajera se acerco con la sonrisa que me había mostrado al principio, traía la botella con mi jugo de fresa y un pequeño chocolate en forma de corazón.

–Felicidades.

-Gracias- le dije mientras tomaba mi gran premio y lo metía en la mochila. Antes de que se fuera tenia que preguntarle nuevamente –Disculpa ¿Puedo hablar con el Chico Uchiha?

-Si claro- pauso –Su turno es de 12 de la noche a las 7 de la mañana-

7:15 am – 0 mensajes nuevos

Diablos. ¿¡Acaso la vida no podía tener un poco de consideración!?

-Pero acaba de irse, si se apresura podría todavía verlo, el toma la calle que esta atrás del supermercado.

-Oh, muchas gracias- correspondí con un gesto amable y salí corriendo, esto ya había tomado demasiado tiempo, comenzaba a ser uno de esos días donde todo simplemente sale mal.

Ni siquiera había podido dar un sorbo de mi súper jugo de fresa, tenía mucha sed, pero si no lo veía esta misión jamás podría terminar. Le di la vuelta al súper y llegue al área de carga, vi a unos hombres que subían unas cajas con verduras a unos carros mas pequeños, probablemente para meterlos mas fácil al supermercado.

-Disculpen- tome un poco de aire, en serio que me hacia falta –Busco a Uchiha.

-¿Quién eres tu?- pregunto uno que aunque era intimidante pero estaba demasiado cansado como para asustarme.

-Soy Naruto, me envía Jiraiya de la barbería de la cuadra en Main, el es el tío de Uchiha- aquello había causado un revuelo que no me hubiera esperado.

-¡Oh! El viejo Jiraiya- al parecer tenía su reputación.

-¿Cómo esta el viejo pícaro?- pero quizá no la mejor reputación, aunque el solo la había forjado a hierro fundido.

-Bien, como siempre conquistando a toda mujer que pasa ante él- no quise desviarme mucho –El viejo me dio un encargo para su sobrino, tengo que ir a trabajar, ya es tarde y…

-Si claro, acaba de pasar por acá. ¿Ves esa puerta?- dijo señalando una vieja puerta de madera color rojo añejo, probablemente por los años –Esa puerta da a la calle principal, el siempre toma el autobús que pasa al otro lado de la calle, puedes encontrarlo ahí.

-Genial, gracias muchachos.

Nuevamente corría, aquello ya se había transformado en una maratón que al final me costaría muy caro. Solo me faltaba teñirme el pelo a rojo para parecerme a la protagonista de Corre Lola corre. Abrí la puerta y en ese mismo segundo un sonido ensordecedor llego a mi oído derecho haciéndome perder el equilibrio y caer sobre mi trasero –Genial.

Alce la vista, un enorme perro me veía fijamente, su pelo negro azabache y sus orejas puntiagudas se elevaban al cielo. Se veía pos su aspecto que no era casero o por lo menos no en mucho tiempo. Vi su cuello y no tenia cadena solamente un collar ya algo viejo de cuero, podría saltar sobre mí en cualquier momento. Busque lentamente con mi mano algo para defenderme pero nada –Simplemente el día se pone mejor y mejor- sus patas se movieron, no tenia nada con que defenderme, vi sus dientes, espere lo peor…

-¡Champ tranquilo!

 7:30 am – 0 mensajes nuevos

Una voz, una orden. Eso había bastado para que mi ropa y sobre todo mi piel siguieran intacta. El perro había dejado de gruñir y se comportaba como cualquier cachorro de ojos grandes y brillantes que movía lo poco que tenia de cola de un lado al otro mientras era acariciado en la cabeza –Esos dedos.

-¿Estas bien Usuratonkachi?- una mano que me parecía un poco familiar se puso frente a mi.

-El que hubieras evitado que ese perro no me atacara no te da el derecho de insultarme.

-Pues solo un tonto se tira a la boca de un doberman callejero y sin protección- bufo sarcástico.

-No me tire, jamás pensé que este animal estaría justo al otro lado de la puerta-ttebayo- dije mientras me levantaba por mis propios medios. No iba a dejar que un extraño me ayudara.

-Ahora dime ¿Qué hace un chico lindo como tu, en este lado de la ciudad?- dijo desenfadado mientras seguía acariciando al perro, haciéndome sentir ridículo.
¿Lindo? Pero que demonios –Buscaba a alguien, me dijeron que se había ido por este lado- lo veía con detenimiento, entonces lo recordé – ¡Ah! tu eres el que me ayudo con mi jugo de fresa- dije la verdad un poco emocionado, no sabía ni porque.

-Te veías tan tonto tratando de sacarlo así que decidí ayudar, de otra forma quizá todavía estuvieras ahí- dijo curvando sus labios en una sonrisa que me calentaba la sangre.

-Oye, pero y ¿Tu que haces en esta sucia calle? Y sobre todo ¿Por qué a ti no te ataca el perro-ttebayo?

-Para comenzar, este perro lo encontré cuando era pequeño en esta misma calle, así que le doy de comer y lo cuido, le llegue a tomar cariño a este bribón- dijo acariciándole mas efusivamente la cabeza.

-¿Tu no lo viste salir-ttebayo?- me miro un poco con dudas, quizá pensó en que le haría algo malo.

-Ahora que lo mencionas, si- dijo luego de unos segundos de reflexionarlo –De hecho se dónde vive, te puedo llevar si quieres.

Al parecer aquel en serio no era mi día, todo por ser demasiado amable y en si tonto. Quizá cuando este tipo me dijo Usuratonkachi tenía razón. Estaba a punto de perder un día de trabajo, cambiar por completo mi itinerario solo por el simple hecho de entregar una pequeña caja -Hazle este favor a un viejo solitario como yo- aquella frase regresaba como campanada en mi cabeza, vi mi reloj, cualquier tipo de motivación salió de mi cuerpo dejando solo un cascaron –Voy a perder mi trabajo por esto- medite con absoluta resignación ante tal situación.

-Ok, vamos- solo esperaba que luego de este sacrificio el karma fuera bueno conmigo.

-Oye parecieras que vas al matadero, cambia esa cara que tienes.

En serio que este tipo comenzaba a molestarme, solo llevábamos caminando unos minutos pero tenía la asombrosa habilidad de irritarme.

-Oye, solo una cosa- dijo parándose en seco y viéndome fijamente, continuo –Tengo que regresar unas películas que alquile, está cerca y no nos desviaremos demasiado del camino- término diciendo con una media sonrisa en sus labios.

Ya que más me daba, el día estaba perdido –Ok, tal vez necesiten empleados, yo estoy a punto de quedar disponible- dije ya resignado ante todo aquello.

-Genial, este día comienza a pintar de maravilla.

-Habla por ti solo-ttebayo- resople mientras comenzábamos a caminar nuevamente.

-Y tu ¿Por qué diablos estas tan deprimido?- su carácter parecía despreocupado, le había dejado comida al perro y agua así que no era completamente irresponsable.

-Son demasiadas cosas, mejor olvídalo.

-Con ojos tan lindos y poniendo esa cara, te harás viejo más rápido.

Era la segunda vez que escuchaba que alguien me dijera “lindo” y en menos de una hora y tenía que venir de un chico –Genial.

8:15 am – 0 Mensajes Nuevos

Por lo menos me había puesto mis zapatos favoritos, eran cómodos y no me harían muchas ampollas luego de correr como loco y ahora caminar sin rumbo por una calle que pareciera no tener fin. Yo sentía como mis pies quedaban sin fuerza mientras que la cosa pelinegra de mi lado se mostraba de lo más fresco –Lo odio.

-Oye, piensa rápido.

No se dé donde habría salido aquella genial idea o no sé qué habrá visto en mí que este chico había pensado que yo tenía buenos reflejos. Perdido en mis melodramáticos pensamientos no vi la botella de agua que se dirigía a mi rostro.

-¡Qué demonios te pasa idiota!- sentía como mi frente comenzaba a calentarse.

-Pues, no pensé que tus reflejos fueran de tortuga usuratonkachi.

-Deja de llamarme así, mi nombre es Naruto-ttebayo.

-Andas ausente y con esa cara, hasta yo me voy a deprimir. Además, Pensé que tendrías sed- dijo acercándome su botella de agua fría a la frente. Se sentía de maravilla, aunque dolía horrible.

El pelinegro comenzó a soplar mi frente haciendo que el agua fría relajara lo que probablemente terminaría en un pequeño bulto en mi frente –Perfecto, diré que me asaltaron… diablos- ya ni siquiera me conocía, en realidad era muy patético. A quien engañaba, mi jefe no me creería ninguna de mis excusas aunque llevara amputada una pierna –Suspiro- tendré que comprar el periódico mañana para ver si…

-Oye.

Su voz había sonado en mi cabeza interrumpiendo mis pensamientos, mi visión volvió a enfocarse en lo que tenia frente, un par de pupilas negras y profundas que me veían directamente. Su semblante era serio –El chico perdió a sus padres igual que tu- las palabras del viejo Jiraiya regresaban nuevamente a atormentarme. Una sola palabra me había traído del mas aya de mis pensamientos. En aquel momento incluso el dolor de mi frente se había ido, dejando solo la sensación de su mano sobre mi quijada y la textura de sus labios sobre los míos. Mi corazón galopaba en mi pecho tan fuerte que pensé que el lo escucharía.

-¡Idiota, Pero que demonios!- dije empujándolo hacia atrás, logrando patéticamente solo moverlo unos pasos lejos de mi. Mostro esa sonrisa que tanto me molestaba.

-Fue lo único que se me ocurrió para que dejaras de hacer esa cara tan patética- dijo de lo mas tranquilo mientras seguía tomando de su botella de agua.

-Tu que cara pondrías si te fueran a despedir de tu trabajo-ttebayo- quería disimularlo pero mi corazón todavía estaba inquieto por ese beso.

-Un trabajo es algo transitorio que puedes cambiar cuando quieras- se acercaba peligrosamente a mi con esa mirada malévola que parecía desnudarme por completo, como nadie lo hubiera hecho antes, continuo –Pero tu vida, esa no la vuelves a tener nuevamente, así que debes aprovecharla- su rostro estaba a poca distancia de el mío, mi corazón se saldría por mi boca –Ya llegamos- dijo retirándose para señalarme con la mano el gran rotulo sobre nuestras cabezas –Videos Akamaru.

Me sentía como una quinceañera sonrojándome y poniéndome nervioso por algo como esto. Entro a la tienda, saludo a un joven de cabello café que estaba ordenando unos DVD en la sección de Drama –Tal como mi vida- pensé.

-Kiba, viejo perro- exclamo con mucha confianza la persona que se había convertido tan rápidamente en mi tormento.

-Lobo del infierno, al fin vienes a devolver todo lo que te has llevado- dijo estrechándole la mano al mi reciente torturador. Al parecer se deben de llevar muy bien para tratarse de esa forma. 

Deje que ellos hicieran sus asuntos y me dedique a ver las películas que estaban cerca de mi “La vida es bella” el titulo con mas ironía que había leído, quien no lloraba con esa película no tenia alma. Me pregunte que clase de películas le gustarían a esta persona. No me lo imaginaba llorando en un drama o sintiéndose enamorado con una de romance. Pero entre todo esto -¿Quién era él?- con todo lo que había pasado ni siquiera sabía su nombre ¿Qué tal si era un asesino en serie que me llevaba a su casa para descuartizarme? -Ok, muchas películas- pero aun así era una posibilidad de que no fuera de fiar.

-Es raro verte con alguien. Quien es el pastelito rubio.

(¿Pastelito?)

-Me lo encontré jugando con Champ. Le ayudo con algo, pero quería devolverte estos malditos discos por los cuales molestas tanto. Ni siquiera son películas nuevas.

(¿Jugando?)

-Sabes que los clásicos venden mejor lobo. Mejor preséntame a tu nuevo amigo.
-Conozco esa mirada de perro sarnoso, pero te diré que si quieres mantener esa sonrisa con dientes, no te acerques a él.

(¿Dafuck?)

-Me disculpan- interrumpí dando un golpe sobre la mesa frente a ellos, ya me tenían cansado continué -Pero si no se han dado cuenta tengo dos orejas con las cuales los escuchó perfectamente, no hablen de mi como de una cosa que le pertenece a alguien. No soy un pastelito y esa bestia iba a comerme. Así que, si ya terminaron con lo que tenías que hacer, vámonos que no tengo todo el día para entregar mi paquete. Así que tú, el del pelo negro. Ven conmigo ahora- Sali de la tienda sintiendo como mi rostro se ponía caliente, era primera vez que alzaba mi voz a alguien.
-Uh, salió enojado el pastelito.

-Ni que lo digas. Pero se le baja el azúcar por momentos. Bueno hablamos otro día, cuídate Kiba.
-Ok, cuídate Lobo. Ya sabes que “Mi casa es su casa”.

10:00 am – 1 Mensaje Nuevo

-Oh.
Mensaje 01:
¿Solo? Envía AMIGOS al #8976 y harás muchos amigos…
*Borrado*
-Diablos.

-¿Me llamabas?- dijo de lo más fresco dándome un terrible susto.

-Oye estaba pensando que ni siquiera se tu nombre y estoy caminando contigo hacia un lugar desconocido y …

-Pues nunca me lo preguntaste. Me llamo Sasuke, encantado- bajo su rostro a la altura del mío al decir esa última palabra, el infeliz era un poco más alto. Aquellos ojos nuevamente se fijaban en los míos, era como si accionaran un pequeño botón dentro de mí, no me gustaba.

-Bi.. bien, entonces sigamos que ya es tarde- dije mientras comenzaba a caminar, quería alejarme de él. Ya quería terminar con todo esto, este tipo estaba comenzando a afectarme en algún nivel atómico que ni siquiera yo sabía que tenía.

Caminamos probablemente por unos 20 minutos más, ya me dolían los pies y siempre que preguntaba me decía que estábamos cerca y que dejara de preguntar. Este comenzaba a ser el día más largo, pesado y estresante de mi vida. Me preguntaba porque este tipo que ni siquiera me conocía me estaba ayudando. Acaba de salir de su turno debe de estar cansado –Incluso más que yo- me sentí mal luego de ese pensamiento. Quizá tenía novia a la cual debería estar viendo y en vez de eso está acá conmigo perdiendo el tiempo…

-Bien, llegamos.

Aquello me había sacado de mi debate mental nos habíamos parado frente a algo y aunque lo veía no lo comprendía. No era el hecho de que no supiera que era, cualquier tonto sabría que era un árbol, pero lo que no comprendía era que hacíamos en ese lugar. Por venir perdido en mis erráticos pensamientos no supe en que momento habíamos llegado a un parque y no cualquier parque, era enorme. El viento soplaba gentilmente mientras niños corrían a lo lejos, el delicioso aroma a pasto se filtraba por mi nariz haciéndome incluso cerrar los ojos para degustar mejor ese aroma –Me encantaba.

-Oh, al parecer si te gusta.

-Pues a quien no le gustaría-ttebayo me siento como en otro planeta, ni siquiera sabía que esto existía en la ciudad.

-Y eso que no has visto lo mejor- dijo con una sonrisa de medio lado que comenzaba a reconocer con un poco más de facilidad -Estaba tramando algo.

-Ven, dame la mano- suponía que no era la primera vez que el venia ya que ágilmente y con dos movimientos había subido a una frondosa rama del árbol y extendía una de sus manos hacia mí.

Lo pensé por un momento pero ya que más daba aquel día era tan anormal que parecía todo un sueño -¿Y qué pasaba si era un sueño?-  Aquella idea me parecía increíble, si todo esto era un sueño podría hacer lo que quisiera, incluso este tipo al que estaba tomándole la mano para subir a un árbol, incluso él podría ser parte de mis deseos, deseos que inclusive para mi podrían ser desconocidos. Si todo esto era un sueño, comenzaba a gustarme.

Ni siquiera cuando estaba pequeño me había subido a un árbol, aquello no era tan fácil como se veía en las películas o incluso como este teme lo había hecho lucir.

-No me vayas a dejar caer.

-Cómo crees, no quiero llevar eso en mi conciencia. Dame la otra mano.

-Mis zapatos no son para escalar.

-No te veías tan pesado.

-Si jalaras más fuerte ya estuviera arriba-ttebayo.

-Ok.

Sonido de tela rasgándose

-¡Pero qué diablos idiota!

-Pues tú dijiste que te jalara.

-Sí, pero no de mi camisa-ttebayo.

El sueño había terminado y continuaba la pesadilla, lo importante es que aunque tenía la camisa rota, había podido subir al árbol. La rama era gruesa y quedaba oculta dentro del árbol, era como estar dentro de una pequeña cueva.

-Aquí venia cuando estaba pequeño cuando quería estar solo.

De la nada su voz se había vuelto un poco más formal, aquella oración me había sorprendido un poco ya que era algo muy personal. Esta vez a diferencia de las anteriores, sus pupilas no se encontraban con las mías. Vi hacia donde estaba su atención y quede sin palabras. Era un pequeño espacio en la parte superior del árbol por donde los rayos del sol se filtraban y dejaban entrar solamente lo necesario de luz, en lo más alto habían por lo menos 5 nidos de aves y mucho más arriba las nubes pasaban a su lento andar dejando ver por momentos el celeste y amplio cielo. 

-Es hermoso- exclame perdido en aquel brillante cielo, las hojas y ramas ayudaban a cubrir un poco el sol para no dañar la vista, haciéndolo más fácil.

-Sí que lo es.

Baje mi vista nuevamente y los encontré, aquellos ojos viéndome fijamente haciendo que me pusiera un poco inquieto. Mi rostro comenzaba a calentarse y esperaba que si la vida me tenía un poco de compasión todavía, no me pusiera rojo dejando al descubierto lo que fuera que esta persona causaba en mí.

-No se que me estas haciendo.

-¿Qué?- aquello me había dejado con más preguntas que respuestas y de todas formas acá la pregunta era ¿Qué me estaba haciendo el a mi?

-Olvídalo- tomo un respiro –Ya es tarde y debo de llevar este pastelito a su destino- dicho esto y con la misma agilidad que se subió, de un solo movimiento bajo del árbol –Vamos, tírate para atraparte mi príncipe- dijo mientras hacia una reverencia, ahí estaba de nuevo aquella sonrisa.

-Ni lo sueñes, si subiendo me rasgaste la camisa, quien sabe que pase si me ayudas a bajar.

-Ok, como gustes- se hizo a un lado y cruzo los brazos -Esto será muy divertido.
No pensaba darle gusto, subir era mucho más difícil que bajar. Solo necesitaba de apoyar un pie mientras bajaba mientras sostenía la rama el otro pie y …

-Diablos.

-¡Cuidado!

12:30 m – 0 Mensajes Nuevos

Mi zapato se había deslizado sobre la corteza y en ese último paso había perdido el equilibrio. De lo único que estaba seguro era de que me iba a doler y mucho.
Sonido de golpe.

-Sabes… todo fuera más fácil si fueras menos necio usuratonkachi.

Su voz sonaba demasiado cerca, aquel golpe había dolido pero no como imaginaba. Abrí los ojos y lo vi, ambos estábamos en el suelo, él había amortiguado mi caída y sus brazos me envolvían haciéndome sentir una sensación que no se puede describir por completo. Calidez, tranquilidad y una extraña ¿Felicidad? Ni siquiera yo sabía que era lo que en realidad sentía al estar en aquellos brazos, me daba miedo aquella situación.

-Gra… Gracias- dije levantándome tan rápido como pude al ver la posición en que estábamos –Ya dejemos los juegos, tengo que entregar esta caja y …

-Mira, hot dogs. Ya debe de ser hora de la comida, tengo hambre.

Era como una pequeña abeja que se movía de un lado al otro sin pensarlo mucho, al siguiente segundo ya estaba comprándolos. Trate de incorporarme, me dolía el cuerpo.

-Toma- me dijo ofreciéndome uno de los hot dogs.

-De seguro con tu novia debes tener este tipo de citas-ttebayo

Friz -¡Pero qué demonios estaba diciendo!

Tenía que terminar con todo esto, no lo conocía hasta este día y había causado más destrozos emocionales que mi jefe en los 4 años que llevaba trabajando para él.

-No tengo novia- dijo tranquilo mientras le daba la primera mordida a su pan.

En ese momento algo sucedió dentro de mi cuerpo, una onda que se expandía desde el centro hasta mis extremidades, justo como cuando tiras una piedra al agua ¿Acaso me sentía aliviado?

-Oye- dijo mientras mordía nuevamente, continuo –Ya no has visto tu celular.

-Ah, mmm tienes razón- la verdad es que se me había olvidado por completo.

-¿Esperabas alguna llamada… de tu novia quizá? Lo veías a cada momento.

-Nah, que va. Simplemente esperanzas en algo patético.

-Oh, cuéntame.

-No es importante.

-Para que lo revisaras tantas veces tiene que ser importante, así que cuéntame.

-Pues- tome un respiro, esta persona podía ser insistente –Ahora es mi cumpleaños así que esperaba “Mensajes”- me sentía muy tonto hablando de eso –Pero hasta el momento no he recibido ninguno y la verdad es que no me importan.

-Infelices.

-Probablemente, igual no es que sea muy sociable- dije mientras le daba la ultima mordida a mi hot dog, en realidad estaba muy bueno, hacia falta algo. Entonces lo recordé –Oye, ahora que recuerdo todavía no me tomo mi refresco de fresa- tome mi mochila y lo busque, había pasado casi toda la mañana con el pero todavía mantenía un poco de su frescura. Lo destape y tome un poco, era el complemente perfecto que hacia falta -¿Quieres? Aunque no venia con popote.

-Si, tengo mucha sed- sin pensarlo mucho me quito la botella de la mano y se la coloco en la boca para dar grandes tragos –Gracias- dijo entregándomela vacía. 

-De… nada- dije ya resignado guardándola de nuevo.

-A si que esta es la famosa caja- dijo tomándola de mi mochila y examinándola – ¿Uchiha?- frunció el seño.

-Dime que ya estamos cerca. Estoy muy cansado-ttebayo.

-Si, muy cerca- sus labios se curvaron en una sonrisa al decir estas palabras esa sonrisa –Oye…
Así como las tormentas llegan sin previo aviso y destruyen todo a su paso, así había llegado este chico a mi vida, de la nada y alterando cada uno de mis sentidos. En un abrir y cerrar de ojos lo tenia sobre mi, sus labios habían capturado los míos y su respiración quemaba sobre mi piel. El corazón estaba a punto de salirse de mi pecho. Sabía que tenia que moverme, tenía que quitarlo, pero mi cuerpo no se movía, estaba sucumbido bajo su fuerza. Con su lengua rozo finalmente mis labios –Fresa- dijo como un susurro. Mi respiración era agitada y sabia que estaba rojo al sentir mis mejillas se calentaban.

-Que… Que demonios haces- logre articular.

-No se que me has hecho- dijo con su mirada fija sobre mi, aquellos ojos nuevamente.

-Esa pregunta la debería de hacer yo- reclame tratando inútilmente de salirme de aquella posición. Desde que lo había conocido era como si esos ojos me hubieran hecho caer en un hechizo.

-Tus ojos azules me hechizaron desde la primera vez que los vi- me dijo sin siquiera dudarlo o sentirse avergonzado. Aquello me había sorprendido, el se sentía igual que yo, continuo –Lo he decidido, te quiero para mi.

-Que dices ¡Yo no soy una cosa! Mejor quítate que tengo que llevar esa caja… - sus labios nuevamente atraparon a los míos.

Su mano derecha se fijo en mi rostro para que no pudiera esquivarlo, mientras que con su mano izquierda sostenía mis brazos. Sentía como las fuerzas dejaban mi cuerpo, al parecer el embrujo comenzaba a tomarme, sus labios sabían a fresa.

2:00 pm – 0 Mensajes Nuevos  al diablo…

No sabia ni siquiera que pensar, bajo la sobra de aquel frondoso árbol, con la suave brisa rozando nuestros cabellos, olvidándome de todo a mí alrededor. Este había sido el cumpleaños más raro de toda mi vida. Había comenzado de la forma mas horrible que pudiera, aunque, si lo pensaba mejor cada una de las cosas terribles que pasaron me llevaron a conocerlo. Era la tormenta que necesitaba para sentirme vivo. Me había encerrado en una caja donde hacia lo mismo todos los días sin dudarlo, sin disfrutarlo. El miedo que había sentido era el miedo a dejar esa rutina, miedo a lo nuevo, miedo a este sentimiento que jamás había sentido. Tenía frente a mí las pupilas azabaches mas hipnotizantes que hubiera conocido, sus labios eran suaves y embriagantes.

-Feliz cumpleaños- me dijo en un susurro mientras mordía mi oreja.

Este había sido un cumpleaños mas de muchos que estaban por venir y probablemente nadie me mandaría un mensaje, pero junto a este tornado azabache sabía que no necesitaría a nadie más. Muchas veces algo malo puede llevarnos al mejor momento de nuestras vidas. 

No sabía por cuanto tiempo habíamos estado bajo aquel árbol, habíamos hablado de cualquier tipo de temas y Sasuke siempre se las arreglaba para sacarme de quicio mostrándome aquella sonrisa que tanto me había cautivado.

-¡Diablos!- dije levantándome rápidamente.

-¿Que pasa?

-El viejo, la caja- se me había olvidado por completo la misión que me había llevado hasta este punto 
–Sasuke, tengo que entregar esta caja al sobrino del viejo, no le quiero quedar mal, lo aprecio mucho.
-No te preocupes, yo se la doy mañana.

-¿A que te refieres?

-Déjame presentarme formalmente- dijo irguiéndose un poco y quedar sentado igual que yo, continuo 

–Mucho gusto, me llamo Sasuke, Sasuke Uchiha y el viejo Jiraiya no es mi tío, solo le digo así por cariño.

Nada me había preparado para aquello, me sentía un completo idiota -¡Así que me engañaste!- dije intentándome levantar, pero el me jalo del brazo. Mi reacción fue darle un golpe, el cual obviamente esquivo ágilmente, infeliz.

-Oh, muy enojado el pastelito.

-No tienes idea, suéltame- tenia cada una de sus manos sobre las mías, impidiéndome moverme.
-Cuando mencionaste al viejo- Comenzó -Tuve pequeñas sospechas y todo quedo claro cuando vi mi apellido bajo la caja.

-Porque no dijiste nada-ttebayo.

-Ya te lo dije. Me cautivaste desde que te vi, quería pasar más tiempo contigo- su mano subió hasta mi mejía rosándola causándome un escalofrió que recorrió mi espalda.

Me sentía un completo tonto, pero aquella había sido una declaración que no me esperaba.

-No se como dices cosas así tan fácil teme- dije sintiendo como la sangre acudía nuevamente a mis mejillas, indefenso en aquella posición.

-Mejor veamos que hay en la famosa caja- dijo tomándola. La examino un poco y luego la abrió, rápidamente una sonrisa surco su rostro dejando salir una carcajada.

-¿Porque te ríes, que  hay adentro?- dije con verdadero interés al ver su reacción -… MALDITO VIEJO VERDE…- grite queriendo pulverizar la caja en mis manos. Dentro de la caja había un condón con la frase “Luego me lo agradecen” de su Tío Jiraiya.

-Jajajaja

-No te rías teme, de seguro fue un plan maléfico entre ustedes dos- ttebayo.

-No, pero recuérdame de agradecerle al viejo- Se acerco a mi oreja y susurro –Oye, que dices si vamos a mi casa y lo usamos.

-Pero que te crees idiota, casi no te conozco, me engañaste, ese viejo me las pagara y …- Mis palabras fueron tomadas por sus labios haciéndome olvidar cualquier queja o palabra que fuera a decir.

Ese viejo me las pagaría, aunque en el fondo sabia que el solo había querido terminar con la soledad de ambos. Todavía tenía muchas cosas de conocer de Sasuke pero por el momento sabia que era la única persona que me podía irritar, enojar, hacer sonrojar y alegrar todo en un segundo, definitivamente Sasuke era mi tormenta favorita.