Nota: El fic esta basado en la cancion de Nickelback Far Away asi que si gustas escucha la cancion mientras lees el fic para darle un toque especial :)
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En este tiempo, en este
lugar
Malos entendidos, errores…
La nieve caía suavemente sobre
los techos de Konoha. Todos los
habitantes dormían apacibles en sus cálidos hogares. La aldea había recobrado
su paz y tranquilidad luego de meses de incontables muertes y peleas sin razón.
A los aldeanos les había costado asimilar la idea del regreso de "esa"
persona, pero Naruto se había encargado de convencer a las personas de que él
había cambiado, y que como todo ser humano merecía una segunda oportunidad,
pidiéndoles como un favor personal que lo aceptaran de nuevo en la aldea. A decir verdad el rubio había salvado la aldea de
su destrucción total, estaban en deuda con él.
Se despertó a mitad de la noche sintiendo como el aire
le faltaba, como si alguien se lo quitara. Abrió los ojos todavía con ese temor
recorriéndole la piel, encontrándose con una inmensa oscuridad. Su visión era
todavía borrosa, vio a su alrededor para asegurarse que aun seguía en su
cuarto, su respiración era agitada, su piel estaba fría, pero el sabia que
aquello no tenía nada que ver con el clima. Al parecer todavía sus viejos
demonios lo acechaban. Veía fijamente aquel techo,
tratando de calmarse, tratando de hacer que su cuerpo dejara de temblar.
Su frente estaba empapada de pequeñas gotas de sudor.
Intento levantarse. Sintió como algo cálido rodeaba
su pecho, levanto su brazo y toco una piel, esa piel que ahora conocía muy
bien, esa piel tan blanca y suave que lo había enloquecido y embriagado ya
tantas veces atrás, tomo el brazo y deposito un tierno beso en la palma de
aquella mano para luego dejarla a un lado suyo con el mayor de los cuidados.
Lentamente se sentó en la cama, seco son el dorso de
su mano los rastros fríos de sudor de su frente. Comenzó a ver aquellos objetos
que desde hace dos meses eran familiares a su alrededor. Aquel pequeño cuarto
les había servido de refugio desde que el había regresado a la aldea. Su casa
estaba deteriorada y le traía malos recuerdos y bueno Naruto inmediatamente le
había ofrecido que se quedara con él.
Veía aquella mesita de noche, el
ropero, su mochila sobre el suelo, aquel símbolo en blanco y rojo que eran su
orgullo en su camisa blanca junto a una chaqueta naranja tiradas junto a la
puerta. Su mirada se enfoco en un punto, era algo que lo
regreso a la realidad e hizo que se sintiera en casa y el frio de su cuerpo se
apaciguara. Vio sobre uno de los muebles, una foto. Esa foto que le traía tan
buenos recuerdos de dos niños que se odiaban y que lo mostraban en aquella
imagen. Una sonrisa se grabo en su rostro al recordar esa ocasión.
Muy largo, muy tarde
¿Quién era yo para hacerte
esperar?...
La navidad se acercaba, pero el
ya había recibido el mejor regalo de todos. Un regalo que no cambiaría por nada. Sus ojos siguieron recorriendo aquel
cuarto, viendo como su ropa había quedado regada por aquel frío suelo, el
recuerdo hizo que se sonrojara un poco al recordar cómo había llegado hasta
ahí. Se encontraba sin camisa, pero el frio que momentos atrás lo había
atormentado, ya lo había abandonado. Paso su mano sobre su negro cabello para
acomodarlo un poco y no le llegara a los ojos, pero este siendo rebelde regreso
a su lugar, dando un pequeño suspiro no le dio importancia.
Sin hacer mucho movimientos salió
de la cama, no quería despertarlo. Camino
sigilosamente por aquel frio suelo de madera. Tomo los primeros pantalones que
encontró y se los puso.
Afortunadamente eran suyos porque le quedaban del largo
exacto, los acomodos justos bajo su ombligo, quería sentirse cómodo así que no
se puso ninguna camisa. Estiro un poco sus brazos, haciendo que sus músculos se
tensaran para luego relajarse nuevamente. Revolvió su cabello negro y se
dirigió a la mesita junto a la ventana por un poco de agua. Mientras vertía
aquel traslucido líquido veía como las calles de Konoha lentamente se llenaban
de blanca nieve. Tomo el vaso y se acomodo en el marco de aquella pequeña ventana.
El pequeño cuarto de Naruto
estaba en una segunda planta, así que desde esa posición tenía una hermosa
vista de la aldea. Vio algo que le llamo la
atención. Unas sombras se movían por las calles, se ocultaban tras el tronco de
un frondoso árbol. Eran dos chicos de unos 10 años que al parecer se había
escabullido de sus casas para encontrarse a solas. Sasuke veía con curiosidad a
aquella pareja que se necesitaban tanto el uno al otro -Si tan solo yo
hubiera sido de esa manera- jamás terminaría de arrepentirse por sus
errores y el que más le dolía de todos era el haber lastimado tanto a Naruto.
Le dolía el pecho solo de
recordar aquellos momentos donde lo había lastimado. Recostó su cabeza sobre el amplio marco de madera. Giro su rostro y vio a
su ángel dormido. Ese ángel que lo había rescatado del mismo infierno. Se
preguntaba si se merecía tenerlo junto a él. Se preguntaba si su infeliz vida
valía tanto la pena. Veía detenidamente aquel cabello
rubio cubierto por la oscuridad de la noche.
Solo una oportunidad
Solo un aliento
Solo en caso de que quede solo uno…
-¿Por qué desperdicie tanto
nuestro tiempo juntos?- estrujo el pequeño baso de vidrio entre sus manos
Porque tú sabes
Tú sabes, tú sabes…
Naruto le había dicho que dejara todo
atrás y comenzaran una nueva vida juntos y así recuperar el tiempo que se les
había ido de las manos. Pero él no se lo
podía perdonar, cada noche las pesadillas lo atormentaban. Todas las decisiones
que había tomado le habían traído graves consecuencias todas menos las de hacer
lazos con su pequeño zorro. Ahora
que lo tenía con él, era como si el oxigeno por fin llegara a sus pulmones.
Su mirada azabache no se separaba de aquella hermosa
visión de su bello durmiente. Durante ese poco tiempo juntos se fue
acostumbrando a nuevas sensaciones, felicidad, ternura, deseo, pasión, habían
tantas cosas que el rubio le provocaban, como lo hacían ahora. Su cuerpo había
comenzado a asimilar esa presión que ejercía su corazón cada vez que veía a su
pequeño zorro. El sonido ensordecedor del palpitar de aquel corazón que pensaba
estaba sin vida para amar nuevamente. Lo veía dormido e indefenso dejando mostrar sutilmente su espalda y una de
sus piernas.
Se preguntaba como había podido
vivir tanto sin poder tocar aquella piel, sin besar aquellos labios y sin
escuchar aquella vos tan sensual cuando pronunciaba su nombre.
Cerró los ojos y recordó todos los momentos en que ese
pequeño cuerpo se había contorsionado de placer bajo sus brazos. Las veces en
que aquellas manos se habían extendido frente a él para ayudarlo a levantarse
cuando habia estado derrotado. Recordó
el cálido rose de sus labios al momento de besarse.
Se preguntaba como había podido
vivir tanto tiempo sin poder amar a Naruto...
Que te amo
Te he amado por todo este
tiempo
Te extraño
He estado muy lejos por
mucho tiempo
Sigo soñando que estarás con
migo
Y que nunca te iras
Dejare de respirar si
Ya no logro verte nunca más.
Abrió sus ojos, el deseo nacía nuevamente, solo habían
pasado unos cuantos minutos y ya tenía la necesidad de él. Lo tenía tan cerca,
pero sentía en su piel que si no lo tocaba pronto este sueño se acabaría y
regresaría a su pesadilla eterna. Dejo el vaso sobre aquel marco de madera y comenzó a caminar hacia aquella
bella imagen.
Se sentó suavemente sobre la cama. Su pulso comenzaba
a acelerarse y los nervios comenzaban a surgir. Siempre tenía cierto temor de
arruinar "esto" que le estaba pasando, así como había
arruinado todo lo demás en su vida. Alzo su mano para tocarlo. Se sentía
ridículo en aquella situación, su mano estaba temblando. Con esa mano había
hecho infinidad de atrocidades sin ni siquiera bacilar y ahora... temblaba.
Pero es que no quería perderlo, eso sería como morir en vida para él. Estaría
dispuesto a soportar mil infiernos antes de perderlo nuevamente. Era demasiado
preciado, demasiado valioso…
Sobre mis rodillas, ahora pido
Una última oportunidad para un último baile
Sus ojos estaban cerrados, habia girado y ahora era su
pecho el descubierto. Su cabello le caía desordenado sobre el rostro. Le
acomodo algunos cuantos, rozando suavemente aquella rosada mejía. Una de
sus manos estaba sobre su pecho, la tomo entre las suyas. La levanto suavemente y dejo otro suave beso sobre
ella, cerró sus ojos y atrayendola hacia su frente, decía en un susurro…
–No sabes cuánto te agradezco que jamás me
olvidaras. Eres el ángel que me salvo del infierno en el que estaba. No sabes cuánto
te amo. Daría lo que fuera por hacerte olvidar todos los malos momentos que te
hice pasar. Sé que es mi última oportunidad, te prometo que
jamás me alejare de ti nuevamente, solo espero que tu nunca te vayas de mi
lado…- su voz comenzaba a sonar
entrecortada
Porque contigo, soportaría
Todo un infierno para sostener tu mano…
-Crees que me iría de tu lado ahora que por fin te
tengo junto a mí…. Sasuke-
Lo daría todo
Lo daría por nosotros
Daría todo pero no me daría por vencido…
Sintió como una suave mano se
posaba en su rostro. Le transmitía
tanta calidez. Ladeo su rostro para acercarse más a aquella sensación. Solo con
escuchar aquella vos todos sus temores disminuían. Abrió los ojos para
encontrarse con aquellos brillantes zafiros que lo veían fijamente. Se ruborizo
un poco, todavía no se acostumbraba a aquel sentimiento. Sus labios se
abrieron, iba a decirle algo a su rubio pero un dedo cubrió sus labios…
Tan lejos
Has estado tan lejos por mucho tiempo…
Cuantas veces debo decirte que dejes de atormentarte
con todo esto. Estas junto a mí ahora y es todo lo que nos debe de importar. Hemos pasado todas nuestras pruebas y al final
nuestro amor fue el vencedor.
Quiero que te quedes
Porque te necesito
Quiero escucharte decir
Que me amas
Que me has amado por desde hace mucho…
Se sentó y acerco al rostro del pelinegro. Lo
tomo entre sus manos y acerco su frente a la de él. Sus respiraciones se
mezclaban entre los susurros de Naruto…
-Sabes que pasaría una y otra vez por todo nuestro dolor solo para poder
vivir "esto" que estamos sintiendo en estos momentos. Eres lo más
importante en mi vida, siempre lo has sido. Por ti me he hecho más fuerte solo
para poder alcanzarte y traerte de regreso a mi lado. Te amo tanto. Por favor
no me dejes solo nuevamente, que esa sería mi verdadera muerte. Yo nunca te
dejare. Cuando sientas que caes yo te levantare, yo seré
esa luz que necesitas para salir de la oscuridad, si solo me das una
oportunidad- acerco sus labios para besarlo
dulcemente mientras una lagrima rodaba por su mejía encontrándose con la otra
que se había deslizado hace mucho por la del azabache
Te perdono
Por estar ausente por tanto tiempo
Así que no dejes de respirar
Créelo…
El azabache lo estrecho entre sus brazos y susurro al
oído –Eres lo más bello que he tenido en
mi vida- lo recostó nuevamente sobre la cama y beso nuevamente. Las manos del rubio subían y bajaban por la firme
espalda del ojinegro, haciendo que este profundizara con pasión aquel beso.
Sostente a mí, nunca me sueltes
Mantente respirando
Porque yo nunca te dejare nuevamente
Créelo…
La nieve seguía cayendo en las calles de Konoha,
mientras que dos jóvenes amantes consumaban su amor. Entrelazaron sus manos
mientras Naruto mantenía un movimiento constante sobre las caderas de Sasuke.
Las paredes de aquel pequeño cuarto eran inundados con sonidos llenos de deseo
y pasión. Los movimientos eran suaves y
constantes en un vaivén lleno de sensualidad que hacía que Sasuke se volviera
loco.
Lo tumbo para quedar sobre el rubio, levanto una de
sus piernas y la coloco sobre su hombro mientras comenzaba a embestirlo
rápidamente y con fuerza. En aquellos momentos era cuando sentía que todo
aquello era real. Que la persona que gemía bajo el
era a única en su vida y que era tan real como él.
Sostente a mí, nunca me sueltes
Mantente respirando
Naruto se aferraba a las blancas sabanas de la cama
mientras Sasuke lo penetraba, había disminuido la velocidad ya que sabía que a
Naruto eso lo enloquecía –Mas… rapi..do-
alcanzo a balbucear. Pero Sasuke quería que lo deseara mas, se acerco a él y
arremetió con un beso agresivo y lleno de pasión. Naruto se aferro a su cuello
y lo mordió en señal de protesta y le dijo al oído –Te amo, Sasuke- eso era todo lo que necesitaba. Le encantaba
escuchar su nombre en ese tono de sensualidad.
Bajo la pierna del rubio y tomo
cada una con sus manos para complacer su petición, dándole embestidas rápidas y
fuertes, sintiendo como recorrían por su cuerpo pequeñas descargas eléctricas
llenas de placer. Bajo sus piernas y lo tomo
por la cintura para levantarlo y dejarlo sobre su regazo y así podría tener al
rubio frente a él. Rápidamente Naruto pasó sus brazos sobre sus hombros y
atrapo sus labios en un beso. Sus respiraciones eran aceleradas, sus corazones
latían al unísono, era como si se fusionaran para ser una sola persona. Sasuke aprovecho la cercanía del rubio y se acerco
a su oído –Yo también te amo, Naruto.
Sostente a mí, nunca me sueltes
Mantente respirando
Ese es el sentimiento del ........... AMOR.
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